Ayer tuve el honor de asistir a esta presentación de Gabriela de los Peines y al tratar de escribir sobre ella encuentro que mis pensamientos van y vienen y no encuentran un orden o lógica específica para hablar sobre la obra, pero algo así se podría decir que es la escencia de la misma entonces hablaré de lo que sentí y un poco lo que viví al estar ahí.
Primero dejo la sinopsis dada por la misma Gabriela para el público sobre el tema de la obra:
«Trata de una mujer que busca en el amor el autoexilio de su alma. Una mujer que como cualquiera pudiera ser o no ser una flamenca. Es la búsqueda pero también el cuestionamiento del principio y del final. El gallo rojo que enfrenta y padece lo que el gallo negro canta cuando ya se acaba el día.
Ella es un ave que ya no vuela, y que resiste la tentación de volver porque sabe que los pájaros han vuelto a sus jaulas.»
Es una gran presentación que en lo personal me movió emociones. Es así… tienes a una gran bailadora de flamenco en un ambiente minimalista, y que en realidad no necesitas más, cuenta con lo necesario para captar tu atención. Te mueve con su ritmo y un juego de luz, o ausencia de la misma en muchas ocasiones, creando atmósferas tanto sensuales como intrigantes y hasta provocadoras. Suena raro hablar tan ambiguamente pero en realidad es todo un viaje que te mete a su mundo y creo que basta con decir que de pronto estás viendo en ella a un Gallo que baila flamenco, y muy bien! Así mismo hay un gallo en la obra, y sin tratar de contar qué sucede para no echar a perder los motivos, quisiera decir que vi una escena que me movió bastante y hasta me tuvo en cierta forma a la orilla de mi asiento para ver lo que sucedía.
Posiblemente haya gente a quien no le gustaría porque quieren ver algo más tradicional o común, pero si te gusta el flamenco, si te gusta lo experimental y quieres ver algo diferente, no te la puedes perder!!!