Gabriela de los Peines nos entrega toda su pasión y fuerza en este performance sensorial que combina frases, video y danza que hacen alegoría al ciclo de la vida, de cualquier ilusión, idea, proyecto o el amor mismo.
Tan pronto te acomodas en la sala, olvidas por completo todos los problemas que hayas tenido durante el día, a penas te sientas y se apagan las luces, ocurre un espectáculo sensorial en el que te vas sumergiendo y comienzas a volverte parte del espacio. Por momentos pierdes noción del tiempo y total conciencia de ti mismo. Poco a poco te dejas envolver y te induces en una especie de hipnosis en la que empiezas a prestar atención a cada sonido, a los silencios y a la música de fondo que, acompañada de videos de la naturaleza te van envolviendo.
Toda la sala se transforma en un escenario en el que un ambiente de fina lluvia y sonidos de la naturaleza se despliegan para darte momentos de profunda quietud. La iluminación juega un papel muy importante, pues las sombras, colores y figuras se tornan fugaces, como pequeños destellos de brillo efímeros que se desplazan de un lugar al otro del escenario. Sientes la presencia de la fuerza de una mujer que hace presente, a través del golpeteo de sus pies y objetos, la fuerza con la que reinterpreta el amor y el autoexilio de su alma imprimiendo en cada movimiento, la vitalidad y fortaleza que emane desde dentro desplazándose con soltura en este escenario minimalista.
Ella define esta obra como: “la búsqueda en el amor del autoexilio de su alma. Una mujer que como cualquiera pudiera ser o no ser una flamenca. Es la búsqueda pero también el cuestionamiento del principio y del final. El gallo rojo que enfrenta y padece lo que el gallo negro canta cuando ya se acaba el día.”
Posee un peso escénico digno de la figura de la mujer contemporanea que hace suyo el escenario actual a través de movimientos precisos cargados de una gran energía, llegando a ser violentos y estridentes.
Es un espectáculo propositivo en todos los aspectos, fresco y provocador que se sale de la tradicional danza flamenca para regalarnos una reinterpretación muy personal y vanguardista de la misma.
Todos tenemos una dualidad, el bien y el mal, la valentía y el miedo… todos llevamos un gallo rojo que a veces sale a cantar con toda su fuerza, pero muchas veces, reprimimos verdades, miedos, tristezas y emociones. Es por esto que ella danza con toda honestidad para recordarnos que existe ese “algo” dentro de nosotros, que aunque oculto, está vivo y lleno de impulso por emerger.
Autora: Gianna Chargoy
Cineasta, apasionada del diseño, la gastronomía, la fotografía, el sonido y el marketing digital, ha participado en distintos departamentos dentro de la realización de proyectos audiovisuales, desde sonido directo hasta dirección. Ha participado en: comerciales, cortometrajes, documentales, largometrajes, videoclips, teatro y creación de contenido multimedia