El México de hoy en día es similar al de ayer, los periódicos, las revistas mórbidas inpregnadas con lo que el lector justamente quiere leer, sumergido una sociedad consumista, lejos de las bibliotecas, cerca de los bares con sus medios de comunicación mediáticos. En la actualidad pueden verse niños jugando con su inocencia, entre la hostilidad en los habitantes de cada casa, la violencia en las familias, y donde la incomprensión es visible La lleva a un México cincuentón, amable y violente, gris, sepia, contrastante. José Emilio Pacheco estuvo en el clímax del México de los años 50`s junto a Carlos Monsiváis, Sergio Pitol, Vicente Leñero etc (generación de los cincuenta) y de ello tuvo la gran variante de inspirarse para crear esta novela que contiene fotografías de Nacho López. El riesgo que contiene es el hecho de que el público joven puede caer en cuenta que los fantasmas del México antiguo, siguen recorriendo los pasajes oscuros de la ciudad.
La incompleta metamorfosis y los fantasmas atrapados en las paredes construyen el presente de un país, así como los cambios fallidos, inconclusos entre las promesas de las campañas políticas, intercalan el protagonismo con la impactante historia de Carlitos, que a su vez, influyen directa o indirectamente en la vida del infante, pretexto para que Emilio Pacheco nos cuente de una noción sobre cómo se vivía en ese entonces mediante ese niño incomprendido por sus propios amigos y padres, intenta salir a salvo de esta, su vida.
Carlitos, un chico que no pensaríamos que existiera, vivía dentro de unas páginas con una pasión e ideología algo adelantada para su edad, narrado ya más adulto, las perspectivas de amor, pasión y las tragedias que van conformando la novela con las peripecias que se le van presentando, y que a su temprana edad, debe saber sobrellevar. El, infante, no tenía armas para tomar valor y con ello, decisiones que le permitieran sentirse bien consigo mismo. Esta interacción del autor, que nos sumerge en un contexto similar al actual, con tensiones, reflexiones en la trama, sólo la puede lograr José Emilio Pacheco.
Orlando G. Araujo