¿Qué harías si el día de tu boda te dejaran plantada? En “Novia de racho” nos dan la respuesta: Una Novia plantada secuestra la iglesia en la que se iba a casar con feligreses dentro, y no los dejará libres hasta no que lleven al “ingrato” que la dejó. Durante noventa minutos Marisol Sánchez dirigida por Cutberto López, quién también es el dramaturgo de este monólogo, nos relatará su historial amoroso que desembocará en las diversas preguntas que el personaje se hizo desde el momento en el que fue rechazada el día de sus sueños.
La obra no falla con hacer reír a su público, La Novia hace contacto directo con la audiencia haciendo de la experiencia algo dinámica y relajada. El monólogo tiene aciertos, pero en dónde falla es en no darle la debida fuerza a sus críticas o declaraciones que, al ir después de algún chiste simplón o alguna gesticulación exagerada, se pueden perder en el eco de las risas del público. Aun así, algunas de las declaraciones de La Novia no se dejan escapar y hacen reír hasta a la persona más seria del público. Probablemente, no hay feligrés en esta Iglesia que no se siente identificado con algo.
“Novia de rancho” lleva existiendo por cinco años, presentándose en diversas partes de la República Mexicana, especialmente en el norte del país. Esto es lo más admirable de esta puesta en escena, ya que durante cinco años ha hecho reír al público con la misma crítica. Sí, tal vez algunos de sus chistes o referencias han perdido poder con el paso del tiempo y la historia; probablemente la exageración no es un buen factor, pero les ha beneficiado; en realidad su más grande valor es la crítica hacia el concepto que se le tiene a una mujer y su “obligación” de casarse, que aunque no se explora al 100% todo vale la pena con un final completamente distinto e inesperado.
Por Paula Aguilar Barradas