Hoy se cumplen 120 años del nacimiento de Frank Capra, director de cine estadounidense, de origen italiano, reconocido por su legado en los años 30s y 40s. Un ingeniero químico de profesión, que se enroló en el ejército de Estados Unidos durante la primera guerra mundial e inició su carrera cinematográfica como electricista en un trabajo de verano.
Entre 1942 y 1948 dirigió 8 documentales sobre la guerra y durante su vida logró una producción total de 37 películas, entre las cuales destacan ‘It’s a Wonderful Life‘, ‘It Happened One Night‘ y ‘You Can’t Take It With You‘ entre otras.
En su época, Capra se convirtió en uno de los directores más taquilleros y sin duda en el mejor divulgador del sueño americano. Su film ‘It’s a wonderful life‘ lo llevó por primera ocasión a ser nominado para 5 Óscares, y a pesar de la crítica negativa de diversos sectores en su momento, con los años se ha convertido en un clásico navideño en distintos países.
En su obra demuestra su amor por los Estados Unidos, cambió su nombre de Francesco a Frank; el inmigrante logró ser aceptado y obtuvo la ciudadanía de ese país en 1920.
Su importancia en la industria cinematográfica radica en que creó una nueva forma de filmar, que disminuía tiempo y dinero para los estudios. Llevó a cabo su lema de crear nuevas tendencias en vez de seguirlas. En sus películas utilizó primeros planos, medios y largos, empleó diferentes cámaras para una misma toma y eliminó tiempos de entrada y salida de escena de los personajes. Se ganó la atención del público gracias a la búsqueda de la naturalidad en sus actores y a la aceleración del ritmo en sus tomas.
“Drama no es cuando lloran los actores. Drama es cuando llora el público” – Capra
Su vida es recordada por el personaje heroico que a pesar de la adversidad e iniciando desde abajo y sin recursos, logró el éxito. Mostró en su obra solidaridad y optimismo, contenido ideal para el público de los años 30, que se encontraba hundido en la ‘Gran depresión’. Glorificó el sistema americano, su libertad y democracia, aunque jamás negó su admiración por dictadores como Franco y Mussolini. Tenía un carácter complicado y contradictorio.
En 1971 publicó su autobiografía “The Name Above the Title”, y en 1991 murió a los 94 años de edad, mientras dormía.
por Gabriela Negrín