Se presenta por primera vez en el Foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico, Bye bye bird, después de tener una exitosa temporada el año pasado en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, con la participación de Sara Pinet, Luis Eduardo Yee y Ricardo Rodríguez.
La dramaturgía corre a cargo de José Manuel Hidalgo (Texto finalista del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo 2016) bajo la dirección de Alejandro Ricaño.
Se presenta una obra a través de un personaje afroamericano apodado Bye bye bird quien con su peculiar forma de tocar la armónica, y sobrevivir, induce a los chicos que viven en una unidad habitacional en Azcapotzalco a delinquir y drogarse como una forma de vida; así tenemos a El Kevin, El Johnny, La Jennifer y El Brayan aprendiendo los secretos que todo maleante debe saber con un toque del idioma ingles que el viejo bye bye les enseño.

Vamos siendo testigos como los personajes se hunden cada vez más en los excesos del vicio primero bebiendo caguamas como cosacos y fumando mota, después inhalando tinner, hasta acabar metiéndose coca. Todos ellos tienen el común denominador de que los corrieron de la escuela y encontraron refugio en el patio de la unidad habitacional en donde viven. Toman como maestro, o gurú, al viejo Bye bye bird y así transcurre su vida cuando de forma repentina se enteran que su gran maestro es asesinado. A partir de este acontecimiento las cosas van a cambiar en la unidad, y por supuesto, en su entorno.
Apostar por lo local es la premisa del Dramaturgo José Manuel Hidalgo en este montaje, ya que cuando escribió el texto pensaba en la ciudad… “pienso que el teatro es un espacio como un espejo de la sociedad. Pensaba primero en tener un tema que no tuviera miedo de ser local porque se habla de Azcapotzalco, se habla de un slang muy chilango, entonces primero quería que fuera una obra que no tuviera miedo de ser local y que hablara de la ciudad de México, segundo, que hablara un poco de la juventud, estamos hablando que esto sucede cuando tienes doce años, trece, y que fuera una manera de purgar cosas. Pensaba en los amigos que tuve y además recoger que no es que ellos fueran malos o buenos si no que hay toda una circunstancia que nos envuelve, y bueno, la música de bye bye bird es un homenaje a un musico de blues llamado Sony Boy Williamson. Este personaje afroamericano que llega a la unidad y le da cierta recreación a través de este personaje.” concluyo el dramaturgo.

El escenario se caracteriza por contar con un dispositivo móvil que permite girar en 90° cada vez que hay una transición temporal. La ciudad tiene vida y se muestra en el baile callejero donde las luces, el humo, los saludos a la concurrencia… hacen de ese instante una catarsis cuando los personajes, quizás por un instante, se olvidan del entorno violento en el que viven.
Con un lenguaje vulgar provocan risas entre los asistentes. No se trata de un drama, ni tampoco de un juicio sumario, sino que al narrar los hechos se vuelve una propuesta transgresora ya que la obra tiene la capacidad de generar pensamientos-reflexiones, y no sólo sentimientos en el espectador. Alejandro Ricaño demuestra que es muy bueno en el oficio, así lo plasma en el montaje.
Se contó con la presencia de Tiaré Scanda como madrina Bye bye bird para dar inicio a esta temporada que es una co-producción del Instituto Nacional de Bellas Artes 2018 por los Guggenheim y Patricia Güijosa. El diseño de escenografía corre a cargo de Jesús Hernández.
Bye bye bird se presenta todos los lunes a las 20:30 horas, del 4 de febrero al 22 de abril. El costo de la obra es de $250 pesos y las localidades están disponibles en la taquilla del Centro Cultural Helénico, ubicado en Avenida Revolución 1500 y en la página de internet www.helenico.gob.mx
Por Rafa Espinosa