«Esta noche son de nosotros y nosotros de ustedes» dijo, en español, Graham Russell ante un Auditorio Nacional casi repleto, que recibía por sexta ocasión al dúo de rock, Air Supply con su concierto The Lost In Love Experience.
Pasando las 20:30 horas el dúo australiano-inglés salió al escenario del Auditorio Nacional para abrir su concierto con el tema «Sweet Dreams». Las miles de personas que se dieron cita en el recinto los recibieron con gritos, aplausos y chiflidos, ante los cuales los dos integrantes dijeron estar muy agradecidos.
La velada llena de romanticismo, energía y nostalgia duró poco más de una hora y media en la que ambos integrantes de Air Supply hicieron sentir a sus fans como si 4 décadas no hubiesen pasado, sobre todo en la voz de Russell Hitchcock, que después de 45 años y más de mil shows en vivo sigue sonando igual.
En un escenario modesto que figuraba un estudio de grabación y acompañados de una banda de 5 integrantes, Air Supply logró una gran conexión con los casi 10mil asistentes al concierto, pues Graham Russell se dio el tiempo de recitar un poema llamado «Am I» para el público, quienes ovacionaron al inglés.
Además ambos integrantes se bajaron del escenario, uno por el lado izquierdo y otro por el lado derecho, a cantarle a sus admiradores el tema «The one that you love» mientras recorrían toda la planta baja. Durante dicho número musical el dúo consintió a los fans que lograron acercarse para tomarse una foto, abrazarlos, tocarlos o simplemente cantar a su lado. Russell Hitchcock regresó al escenario con un beso marcado en la mejilla, muy cercano al cuello.
La energía no cedió el resto de la noche, el dúo continuó dedicando todas sus canciones al público mexicano. Antes de terminar el espectáculo, Russell y Graham prestaron a todo su equipo, para quienes pidieron la misma cantidad de aplausos, para así cerrar con broche de oro la noche, cantando el tema «All out of Love». Aun después de terminar la canción, Air Supply y su banda continuaron dándole la mano a los fans que se acercaron a la orilla del escenario, incluso algunos suertudos se llevaron baquetas y plumillas.
por Argelia Martínez